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domingo, 5 de febrero de 2012

Salida fortinera Febrero 2012: Piedramuelle- Sograndio-Caces-Puerto


Salimos a las 10,20 de Oviedo en un día muy frío pero sin precipitaciones, el Aramo aparecía  nevado y unos rayos de sol al medio día nos reconfortaron a la hora de la comida. Eramos 13, con Pilar como única mujer.

            La primera parada fue en Santo Medero (Latores) para ver las casamatas artilleras, dentro de una finca muy vallada, como a todas las baterías en las inmediaciones de Oviedo, les falta la losa superior, dinamitada en la posguerra para conseguir los rieles del encofrado, a continuación curioseamos las casamatas de Ayones, de las que solo conocíamos una y Félix fue descubriendo, en sucesivas exploraciones, hasta 4.

            El siguiente objetivo supuso una pequeña caminata, tras los anteriores, que casi eran a pie de vehículo, se trata de la cuadra fortificada “Casa Chuco” con  un reforzado subterráneo aspilleado por tres  troneras. Observamos deterioros crecientes en los muros de piedra de la cuadra, que nos hacen presagiar una futura ruina, destino que debería evitarse para una construcción tan peculiar.

            En las inmediaciones un nido, con la entrada cegada pero con una meseta circular que fotografiamos desde las troneras, bases de chabolas para tropa y siguiendo la línea de la cumbre una poderosa trinchera reforzada por un paramento pétreo interior, donde hacemos la foto de grupo de la salida.

            Volvemos a los coches y paramos en Barbadiello, hay un nido en perfecto estado de revista, solo “decorado” con algunas  mallas suponemos como barrera para animales domésticos, pero fracasamos en nuestro empeño en acceder a otro, en medio de un matorral impenetrable.

            A la hora de la comida paramos en la campa de la iglesia de Sograndio, zona con aparcamiento, bancos y buenas vistas, vemos, desde el exterior de la finca el doble nido de las inmediaciones, al que una construcción de madera, reciente, en una finca vecina, dificulta la obtención de buenas fotos. A continuación comemos los bocadillos y comentamos en diversas tertulias sobre nuestra afición.

Salimos a las 10,20 de Oviedo en un día muy frío pero sin precipitaciones, al Aramo aparecía parcialmente nevado y unos rayos de sol al medio día nos reconfortaron a la hora de la comida. Eramos 13, con Pilar como única mujer.

            La primera parada fue en Santo Medero (Latores) para ver las casamatas artilleras, dentro de una finca muy vallada, como a todas las baterías en las inmediaciones de Oviedo, les falta la losa superior, dinamitada en la posguerra para conseguir los rieles del encofrado, a continuación curioseamos las casamatas de Ayones, de las que solo conocíamos una y Félix fue descubriendo, en sucesivas exploraciones, hasta 4.

            El siguiente objetivo supuso una pequeña caminata, tras los anteriores, que casi eran a pie de vehículo, se trata de la cuadra fortificada “Casa Chuco” con  un reforzado subterráneo aspilleado por tres  troneras. Observamos deterioros crecientes en los muros de piedra de la cuadra, que nos hacen presagiar una futura ruina, destino que debería evitarse para una construcción tan peculiar.

            En las inmediaciones un nido, con la entrada cegada pero con una meseta circular que fotografiamos desde las troneras, bases de chabolas para tropa y siguiendo la línea de la cumbre una poderosa trinchera reforzada por un paramento pétreo interior, donde hacemos la foto de grupo de la salida.

            Volvemos a los coches y paramos en Barbadiello, hay un nido en perfecto estado de revista, solo “decorado” con algunas  mallas suponemos como barrera para animales domésticos, pero fracasamos en nuestro empeño en acceder a otro, en medio de un matorral impenetrable.

            A la hora de la comida paramos en la campa de la iglesia de Sograndio, zona con aparcamiento, bancos y buenas vistas, vemos, desde el exterior de la finca el doble nido de las inmediaciones, al que una construcción de madera, reciente, en una finca vecina, dificulta la obtención de buenas fotos. A continuación comemos los bocadillos y comentamos en diversas tertulias sobre nuestra afición.

            Por la tarde nos dirigimos hacia Siones, pasando el Nalón, dejando los coches en la entrada del pueblo seguimos el camino hacia “El Picayo”, ladera con excelentes vistas sobre el Nalón, que hace una acentuado meandro, Trubia, Godos, Sograndio, Santa Marina de Piedramuelle…. Una potente trinchera con muros de refuerzo de piedra y refugios en la parte posterior se flanquea  con dos grandes nidos orientados a la carretera y destinados a la defensa de los accesos de Trubia, en un prado inmediato huellas de trincheras y un posible refugio subterráneo.

            Desde allí vamos por carreteras locales hasta “la Arquera”, sobre Fuso, siguiendo una senda señalizada llegamos a una finca con un gran nido sobre el nudo ferroviario, Carlos nos advierte de la existencia de otra, de mas difícil localización entre los árboles.

Es temprano (16 horas) pero damos por terminada la salida, pues la temperatura baja rápidamente, nos despedimos con unas cervezas en un bar de Latores tras esta ruta que ha recorrido parte del frente republicano al Oeste de Oviedo.


            Por la tarde nos dirigimos hacia Siones, pasando el Nalón, dejando los coches en la entrada del pueblo seguimos el camino hacia “El Picayo”, ladera con excelentes vistas sobre el Nalón, que hace una acentuado meandro, Trubia, Godos, Sograndio, Santa Marina de Piedramuelle…. Una potente trinchera con muros de refuerzo de piedra y refugios en la parte posterior se flanquea  con dos grandes nidos orientados a la carretera y destinados a la defensa de los accesos de Trubia, en un prado inmediato huellas de trincheras y un posible refugio subterráneo.

            Desde allí vamos por carreteras locales hasta “la Arquera”, sobre Fuso, siguiendo una senda señalizada llegamos a una finca con un gran nido sobre el nudo ferroviario, Carlos nos advierte de la existencia de otra, de mas difícil localización entre los árboles.

Es temprano (16 horas) pero damos por terminada la salida, pues la temperatura baja rápidamente, nos despedimos con unas cervezas en un bar de Latores tras esta ruta que ha recorrido parte del frente republicano al Oeste de Oviedo.

Pepe García